domingo, 31 de agosto de 2014

Protocolo



El cuento está terminado teniendo en cuenta las críticas de Caro y Agustín. Hubo modificaciones en la historia para hacerla un poco más compatible con la situación, aunque la forma de narrar se conservó. Las críticas se dirigieron en su mayoría a lo que fue la construcción y el desarrollo de la historia, con poca fuerza en cuanto al aspecto de la verosimilitud. Esto se vio reflejado en algunas acciones que no tenían sentido (por ejemplo, “¿Por qué llevan al chico a la manifestación teniendo en cuenta que el país estaba en "llamas" y había casos de fusilamiento días anteriores?”), quitándole seriedad al gran acontecimiento del 2001. La intención era hacer un cuento dramático, pero no funcionó, o al menos no con esa secuencia de hechos. En eso se basó principalmente la corrección. En cuanto a la focalización y distancia narrativa no fuimos criticados negativamente, por lo tanto se mantuvo igual. Nuestra forma de relatar fue en forma de crónica, explicando lo que ocurría en cada momento de la vida del niño en tiempo presente (narrador homodiegético con una focalización interna). Para hacer la historia más facil de leer, se eliminaron saltos en el tiempo muy extensos, reforzando el formato de crónica.

Se eliminó la parte del señor que lo subía a sus hombros para no confundir y romper con el hilo de la historia. También se incluyó una explicación al principio de la historia en la cual desde mi punto de vista queda claro porque los padres llevaron a su hijo menor de 10 años a la plaza. Las intenciones de los padres quedan a libre interpretación del lector (realmente creyeron que así lo iban a proteger más, eran padres irresponsables, les importó más aquella situación que su propio hijo, etc)



El final dramático no se eliminó, sino que se modificó. La intención de dramatizar y terminar el cuento con una tragedia es el de representar en un pequeño relato toda la situación por la que el país pasaba en aquella época. Cada hecho del cuento representa diferentes momentos de la crisis económica.

2001



Mis papás me trajeron a esta gran plaza porque dicen que no me pueden dejar solo en la casa, dicen que cosas feas pasan afuera entonces no es seguro quedarse en casa y más cuando uno es muy chiquito. Pero lo que no entiendo es, ¿por qué no se quedaron en casa conmigo si tanto miedo les da dejarme solo? ¿qué pasa afuera que hay tanta gente? Ni siquiera puedo diferenciar a aquellos que mis papás llaman “gente con dinero” con aquellos parecidos a nosotros. Hay un helicóptero que se va para allá. Siempre quise viajar en helicóptero, debe ser muy divertido ver a todas las personitas y vos tan grande ahí en el cielo. Todos dicen palabrotas, y después de eso el nombre “Dela Sua”, “De La Roa”, no llego a escuchar bien. ¿Dónde?, ¿dónde estan mis papás? Estaban al lado mio hace un ratito. Alguien me empuja hacia la gente, no se si lo hace a propósito o de chiste pero me molesta y me aleja de mamá y papá.

Allá estan. Si, esa es mamá y papá. No parecen verme. ¡Mamá!, ¡papá!. Me siguen empujando y me estan aplastando. Tampoco es que soy un gigante yo que me la aguanto.

La casa rosa grande se ve ahí en el fondo y hay un montón de gente alrededor. El helicóptero ya casi no se ve. ¿Les dije cuánto me gustaría viajar en helicóptero?

Papá ya me vió, creo que me estaba buscando. Mamá todavía no se dió vuelta. Me estira la mano pero no llego, mucha gente. De a poco me acerco, pero cuesta porque hay mucho forcejeo de acá para allá. Las personas me miran con cara rara, casi con desesperación, pero no se como reaccionar, ya se sabe que hay gente buena y mala y uno no sabe cuando le toca uno bueno o uno malo. Es como ese juego en el que tenes que adivinar la personalidad de una persona cuando agarras una carta.

Estoy más cerca, ¿cuándo me acerqué tanto? Ah, ya me imagino estar en el helicóptero con mamá y papá yendo sobre todo el mundo viendo todas las personitas chiquitas mirando para arriba y yo para abajo.

Los alcancé y me abrazan muy fuerte repitiendo “perdón, perdón, vamos a casa”. ¿Por qué perdón?, ¿no me dijeron antes que quedarse en casa era peligroso? Bue, no importa, igual estoy más cómodo allá que acá.

Ahora nos dirigimos a casa, pero queda bastante lejos de acá me parece.



Veo unos señores subidos a caballos cabalgando por el medio de la calle, es como en los desfiles de fin de año. Se acercan a nosotros. No, ¡papá!, ¡mamá!, ¡se los llevan!. ¡Gritan mi nombre pero no los puedo alcanzar, van muy rápido, les pegan y nose que hacer! Los soltaron, que alivio, pero estan muy lastimados. ¡Ayuda! ¡Ayuda! No hay nadie alrededor, nose que hacer.